Un recurso natural es un bien o servicio proporcionado por la naturaleza sin alteraciones por parte del ser humano.
Desde el punto de vista de la economía, los recursos naturales son valiosos para las sociedades
humanas por contribuir a su bienestar y a su desarrollo de manera
directa (materias primas, minerales, alimentos) o indirecta (servicios
ecológicos).
En los recursos naturales hay dos categorías, los
renovables y los no renovables.
La utilización de esas dos posibilidades
debe hacerse de forma racional para no afectar al medio ambiente o
extinguir alguno de esos recursos.
Sin lugar a ninguna duda el hombre es
el mayor contaminante del planeta y en muchas oportunidades hace abuso de los recursos sin pensar en generaciones futuras.
Recursos renovables
Los recursos renovables son aquellos recursos que no se agotan con su
utilización, debido a que vuelven a su estado original o se regeneran a
una tasa mayor a la tasa con que los recursos disminuyen mediante su
utilización y desperdicios. Esto significa que ciertos recursos
renovables pueden dejar de serlo si su tasa de utilización es tan alta
que evite su renovación, en tal sentido debe realizarse el uso racional e
inteligente que permita la sostenibilidad de dichos recursos.
Dentro de esta categoría de recursos renovables encontramos el agua y la biomasa (todo ser viviente).
Algunos de los recursos renovables son:
Bosques, agua, viento, radiación solar, energía hidráulica, energía geotérmica, madera, y productos de agricultura como cereales, frutales, tubérculos, hortalizas, desechos de actividades agrícolas entre otros.
Recursos no renovables
Los recursos no renovables son recursos naturales que no pueden ser
producidos, cultivados, regenerados o reutilizados a una escala tal que
pueda sostener su tasa de consumo. Estos recursos frecuentemente existen
en cantidades fijas ya que la naturaleza no puede recrearlos en
periodos geológicos cortos.
Se denomina reservas a los contingentes de recursos que pueden
ser extraídos con provecho.
El valor económico (monetario) depende de
su escasez y demanda y es el tema que preocupa a la economía. Su
utilidad como recursos depende de su aplicabilidad, pero también del
costo económico y del costo energético de su localización y explotación.
Algunos de los recursos no renovables son:
El carbón, los minerales, los metales, el gas natural y los depósitos de agua subterránea, en el caso de acuíferos confinados sin recarga.
La contabilidad de las reservas produce muchas disputas, con las
estimaciones más optimistas por parte de las empresas, y las más
pesimistas por parte de los grupos ecologistas y los científicos
académicos.
Donde la confrontación es más visible es en el campo de las
reservas de hidrocarburos.
Aquí los primeros tienden a presentar como reservas todos los
yacimientos conocidos más los que prevén encontrar. Los segundos ponen
el acento en el costo monetario creciente de la exploración y de la
extracción, con sólo un nuevo barril hallado por cada cuatro consumidos,
y en el costo termodinámico (energético) creciente, que disminuye el
valor de uso medio de los nuevos hallazgos.
LITOSFERA, HIDROSFERA Y ATMÒSFERA
La Litosfera
La litosfera es la capa externa de la Tierra y está formada por materiales sólidos, engloba la corteza continental, de entre 20 y 70 Km. de espesor, y la corteza oceánica o parte superficial del manto consolidado, de unos 10 Km. de espesor. Se presenta dividida en placas tectónicas que se desplazan lentamente sobre la astenosfera, capa de material fluido que se encuentra sobre el manto superior.
Las tierras emergidas son las que se hallan situadas sobre el nivel del mar y ocupan el 29% de la superficie del planeta. Su distribución es muy irregular, concentrándose principalmente en el Hemisferio Norte o continental, dominando los océanos en el Hemisferio Sur o marítimo.
La Hidrosfera
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